Los picunches eran polígamos. El hombre podía tener la cantidad de mujeres que deseara, siempre que pudiera comprarlas. Las mujeres cultivaban la tierra, tejían y preparaban los alimentos. Para el padre, entonces, entregar una hija en matrimonio significaba disminuir la superficie de tierra cultivada y disponer de menos mantas, que se empleaban como medio de intercambio. El novio debía compensarlo por dichas pérdidas, dándole a cambio llamas, frazadas, o ponchos, cuya cantidad era convenida en forma previa al matrimonio.
Los recién casados debían habilitar su propia ruca. Esta era levantada por parientes y amigos, sistema llamado mingaco, a quienes en retribución, se les alimentaba y festejaba con chicha de maíz.
Los picunches intercamb
iaban productos con poblados de la costa y no se caracterizaban por ser belicosos.
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